Aunque realmente no es un libro sobre correr y está más
cerca del espíritu de El guardian entre
el centeno, algunas de las reflexiones que hace Alan Sillitoe a lo largo de
esta corta historia (y sobre todo su título) la han convertido en una
referencia clásica.
Un relato que refleja la rabia, la frustración, la ingenuidad, el sentido
de la honestidad del protagonista… y su desapasionada pero vital forma de
correr. Su percepción rebelde de la línea de meta queda patente en una de sus reflexiones
finales:
“As for me,
the only time I'll hit that clothes-line will be when I'm dead and a
comfortable coffin's been got ready on the other side. Until then I'm a
long-distance runner, crossing country all on my own no matter how bad it
feels.”
Argumento
Un chico es enviado a un reformatorio por haber robado en
una panadería. Allí le hacen entrenarse como corredor de fondo para que gane el
premio de una competición. Pero él tiene otras ideas en su cabeza.