lunes, 28 de septiembre de 2015

Sierra de Hoyo

Aprovechando el frescor de la mañana he subido hasta la sierra de Hoyo. Para disfrutar de las vistas. Y también para ver que tal aguantaba un recorrido empinado. Y como me lo he tomado con calma, he terminado sin cansarme. Con un ritmo más rápido de lo que yo suelo hacer (unas 120 zancadas por minuto), pero con pasos más cortos.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Canal de Guadarrama

Aunque oficialmente ya estamos en otoño desde hace unos días, lo cierto es que el tiempo no se ha enterado. Suele pasar. Porque lo normal a estas alturas del año es que todavía tengamos días con el sol pegando fuerte y noches relativamente templadas. Y unas tardes de calor perfectas para sudar la gota gorda.

martes, 22 de septiembre de 2015

Correr de nuevo

Después de unas semanas de descanso mental, he vuelto a correr. Con las piernas de palo por la falta de ejercicio y con un objetivo en la cabeza: seguir disfrutando del campo al trote. Por eso tengo que cambiar unas cuantas manías que, como los árboles, no me dejaban ver el bosque.

viernes, 4 de septiembre de 2015

La parada

Hay gente que piensa que esto de correr es sufrir. Otros realmente sufren para conseguir sus objetivos (se llama entrenamiento). Pero para mí correr ha sido siempre algo agradable, que disfruto desde el primer paso hasta el último. Aunque llegara a veces derrotado por el cansancio, nunca me preguntaba qué demonios estaba haciendo. Por eso hoy me he parado en mitad de una carrera.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Arroyo de Peregrinos

Despedida de agosto con uno de mis recorridos tradicionales. Siguiendo el curso del arroyo Peregrinos, pasando por las cascadas y volviendo a casa por el alto del Robledillo. Un camino que no es ni demasiado largo, ni tiene demasiado desnivel. Lo mejor para trotar cuando vas flojeando.

martes, 1 de septiembre de 2015

Arroyo de Trofa

Lo malo de la física es que todo lo que baja, luego sube. Así que este recorrido, que desciende primero siguiendo el curso del arroyo de Carboneros, tiene como pequeña cruz la subida posterior hacia Hoyo. Un inconveniente tan ligero que se hace divertido cuando se está en buena forma. Pero cuando el paso es cansino, penamos hasta en los badenes.