“La gente debería correr libremente, pero en todas partes lo hacen encadenados. O, si se prefiere, ligados a las cadenas de tiendas de las grandes compañías deportivas. Este libro ha sido escrito con la esperanza de ayudar al menos a algunos corredores a liberarse. Es, entre otras cosas, un manifiesto de una forma diferente de correr: sin marcas, ni tecnología, y accesible a todo el mundo.”
No hay forma mejor que describir el objeto de este libro que con las propias palabras de su autor. Richard Askwith nos descubrió hace unos años los secretos del Fell Running con su libro Feet in the Clouds. Una forma ancestral de correr ligada a las montañas británicas.
Ahora incide en la idea de la felicidad que proporciona el correr por el campo. De forma sencilla y natural. Sin cronómetro, sin GPS, sin gastar un dineral en material deportivo de última generación. Simplemente cogiendo un par de zapatillas (y a veces, ni eso) para salir a correr.
Un libro con el que me sentido muy identificado. Teniendo en cuenta que yo disfruto de mis carreras por el campo de la misma manera que un excursionista o un ciclista lo hacen de sus paseos. Con la atención más puesta en el paisaje que en el reloj.
Así que no puedo estar más de acuerdo con esta apología de la felicidad al trote. Una explicación de por qué para disfrutar corriendo tendríamos que huir del marketing y de esa visión adulta del deporte (con sus tablillas de entrenamiento) y volver a correr como cuando éramos niños.
Argumento
A lo largo del libro, Richard Askwith nos cuenta sus experiencias durante sus salidas matutinas acompañado de su perra Nutmeg. Explicando la felicidad que le proporciona el haber alcanzado una etapa de madurez en su vida de corredor. Una edad en la que puede disfrutar de cada una de sus carreras por los bosques y prados cercanos a su casa.
Y, además, reflexiona sobre las razones que han convertido esto de correr en un gran negocio. Llegando a un punto en el que las grandes marcas han convencido a millones de personas en todo el mundo de que, antes de dar un paso más rápido que otro, lo primero que hay que hacer es pasar por caja. Y terminan comprando cosas más por postureo que por necesidad.
Por eso Richard Askwith nos anima a romper las cadenas volviendo a descubrir el placer de lo simple. "Esa forma de correr puede recibir la etiqueta de correr de forma natural, o campestre, o improvisada, o lenta, o como corren los niños, o como se quiera. Todas son variaciones de la misma idea. Para entendernos, podríamos llamarla sencillamente correr en libertad."
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