Parece que los dioses de Asgard han escuchado mis súplicas y nos han enviado un poco del Norte a estas tierras castellanas, que empezaban a estar ya cocidas por el sol. Temperaturas más fresquitas e incluso algo de lluvia. No se puede pedir más.
Encima las tormentas han llegado por la tarde. Así que he podido correr en seco por la mañana, bajo cielos que se iban cargando de nubes cada vez más negras. Aunque tampoco viene mal darse una pequeña ducha en plena carrera.
El recorrido ya lo conocía bien, así que he podido disfrutar del paisaje sin tener que estar atento a las señales. Porque además en la subida a la Peñota, la única zona en la que se podía perder un poco el sendero, han remarcado el GR-10 y lo han dejado perfecto.
En la Peñota he pasado trepando por sus dos cimas gemelas. Y aunque la que de verdad cuenta es la que está más al oeste (por menos de diez metros), la segunda tiene mejores vistas. Sobre todo al valle de la Fuenfría y a los picos más altos de la sierra de Guadarrama.
Desde allí tan sólo quedaba la subida a la peña del Águila. Una montaña muy discreta y con una cima aparentemente sosa (de esas más con forma de loma suave que de pico airoso). Pero siempre me sorprende por las extraordinarias vistas. Con el valle de la Fuenfría a un lado, el del río Moros al otro y, al fondo, la cimas de la Mujer Muerta, Siete Picos, Bola del Mundo y Peñalara.
Un poco más adelante he abandonado el GR-10, que he seguido desde el principio del recorrido. Tocaba volver por la pista que da la vuelta al valle del río Moros. Un tramo perfecto para soltar las piernas pero que siempre se me hace un poco largo. Sobre todo porque son muchos kilómetros con un firme demasiado liso y duro, de esos que terminan machacando las piernas.
Menos mal que al final he podido volver a trotar por un senderillo perfecto, por en medio del pinar. Es una subida corta y no demasiado empinada hasta el collado del Arcipreste de Hita. Aunque en esta ocasión he acortado por el tramo de la derecha hasta el collado de la Sevillana. Que las tormentas ya estaban tronando casi encima de mi cabeza.
3h 32 min
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