viernes, 29 de agosto de 2014

Vuelta a Hoyo

Hay días en los que te quedas sin fuerzas. A veces es porque hace calor. O por salir sin suficiente gasolina. O por el cansancio. Pero lo peor es que hay días en los que se junta todo.

jueves, 28 de agosto de 2014

Cascadas

Después de pasar unas semanas corriendo por los montes del norte, entre bosques y praderas, volver a la Castilla agosteña ha sido un verdadero golpe. Atrás quedaron los prados verdes cargados de rocío, los cielos con nubes, y los caminos embarrados. Lo que me espera estos días son campos ocres y caminos resecos.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Lo bueno y lo malo de correr por Santander

Llevo unos cuantos años correteando exporadicamente por Cantabria. Y en este tiempo he visto como los paisanos pasaban de mirarme como si fuera un bicho raro (porque lo era) a no levantar la mirada siquiera cuando pasaba. Sobre todo este año, en el que me he cruzado por primera vez con todo tipo de gente corriendo. Niños, chicas, hombretones, mujeres... ¡Si es que ya somos una plaga! Pero ¿qué es lo mejor y lo peor de correr por esta tierras?

Alto de Liérganes

Despedida de Santander por el recorrido más sencillo y corto de todos los que he hecho este mes. Una vueltecita por el bosque de eucaliptus, por aquello de pisar un poco de tierra y dejar el asfalto de lado.

martes, 26 de agosto de 2014

Liérganes, Rucandio y La Cavada

Día de niebla y lluvia, en el que apetece quedarse en casa leyendo. O salir a correr por estos montes para disfrutar del paisaje brumoso. Que lo mejor que tiene esta tierra es que nunca hace frío de verdad. Y la lluvia no hace daño a nadie.

Alto de Liérganes

A veces salen días así en Cantabria: con un cielo sin nubes y viento del norte que limpia la atmósfera y permite admirar el panorama desde las montañas hasta el mar. Sin brumas, nieblas, ni calimas. Un día de verano como si fuera de invierno. Y así da gusto correr.

sábado, 23 de agosto de 2014

Sierra de Somo

Nueva subida hasta los pozos de Noja, con la intención de atravesar la sierra de Somo y bajar hasta las orillas del Miera por el pueblecito de Mirones.

Alto de Liérganes

Una noche de tormentas nos ha dejado el tiempo revuelto, con más nubes que claros y ráfagas de viento. Así que lo mejor era dar una vuelta tranquila por el bosque de eucaliptus para recuperar las piernas de las cuestas del último día.

domingo, 17 de agosto de 2014

Peña Cabarga

Subí a Pena Cabarga hace dos años, y desde entonces me quedé con ganas de volver a dar una vuelta por este monte de cuestas empinadas y con las mejores vistas a la bahía de Santander.

domingo, 10 de agosto de 2014

Alto de Liérganes

Recorrido corto y tranquilo por el bosque de eucaliptus que sube hasta el alto de Lierganes. Ida y vuelta por el mismo camino. O casi. Una salida breve para estirar las piernas. Y para tratar de subir más rápido de lo normal (que suele ser bastante lento, por eso de ahorrar energías para más tarde).

Río Miera y La Cavada

Otra mañana con el cielo despejado en la que se pueden admirar todos los tonos de verde que cubren las montañas de Santander. Con la compañía de animales domésticos mirándome desde los prados y cabañas por los que pasa el recorrido.

Vuelta a Liérganes

No fue al alba, pero casi. El caso es que me desperté pronto y pude salir a correr a eso de las ocho de la mañana. Con el frescor de la noche todavía agarrado a los prados. Y el sol ya amanecido anunciando un día glorioso.

Pozos de Noja

Mañana de playa soleada y tarde de cielo nublado. Así salen muchos días de verano en Cantabria. O al reves. O lloviendo todo el rato. O con un sol de justicia. Es la loteria del tiempo en el norte. Y lo que toca, toca.

sábado, 2 de agosto de 2014

Arroyo de Trofa

Aprovechando que las nubes cubren un poco el cielo durante el primer día de agosto, lo que ha hecho que la temperatura sea más que aceptable, me he dado una vuelta por el arroyo de Trofa y alrededores.

viernes, 1 de agosto de 2014

Libro: A Few Degrees from Hell (Scott Ludwig)

Dicen sus organizadores que la Badwater Ultramarathon es la carrera más dura del mundo. Y aunque eso es bastante discutible, desde luego no es ningún paseo: la carrera sale desde el punto más bajo de Estados Unidos y sube unos 4.000 metros a lo largo de sus 217 kilómetros de recorrido. Pero eso no es lo peor. Lo que la convierte en un verdadero infierno es que se cruza el desierto del Valle de la Muerte en julio, donde las temperaturas suelen estar entre los 40 y los 49º. A la sombra.