A veces salen días así en Cantabria: con un cielo sin nubes y viento del norte que limpia la atmósfera y permite admirar el panorama desde las montañas hasta el mar. Sin brumas, nieblas, ni calimas. Un día de verano como si fuera de invierno. Y así da gusto correr.
Sobre todo a primera hora, cuando la hierba todavía esta mojada y tenemos todo el campo para nosotros sólos. En este caso por un recorrido que ya he hecho varias veces, pero que todavía no me cansa. Y que viene bien para recuperar fuerzas después de haber subido la última vez a las cumbres de Somo.
14,90 km (9,26 millas)
452 m
1h 32 min (9,72 Km/h)
No hay comentarios :
Publicar un comentario