El cambio de tiempo me ha dejado el cuerpo hecho unos zorros. Estos últimos días he ido arrastrando por los rincones, con las piernas cansadas y el ánimo alicaído. Así que en mis salidas matutinas me lo he tomado con mucha calma.
Aunque lo bueno de esta época del año es que al ir despacio puedes disfrutar todavía más del paisaje. Y hay mucho de lo que disfrutar! Para empezar de los animales, que durante el invierno se vuelven más esquivos.
Ahora es el momento de ver y oír el campo como si estuviéramos en un documental. Sólo falta la voz de David Attenborough diciendo algo del tipo "Nos encontramos en la sierra madrileña. Al alba podemos escuchar a los abejarucos, recién llegados de África, mientras vuelan por encima de unas colmenas en busca de su desayuno". Incluso teniendo el cuerpo perro, es imposible quedarse en casa.
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