Últimamente estoy comprobando mi velocidad actual cuando hago recorridos más o menos largos con la de hace unos años. En su momento me servía para saber de antemano cuánto tiempo me iba a llevar realizar un recorrido nuevo (sabiendo la distancia y el desnivel). Pero el caso es que viendo mi velocidad ahora estoy por cambiar el título del blog.
Andar al alba, deambular al alba, pasear al alba... O, siendo sinceros: arrastrarme al alba. Siempre he defendido que la velocidad no es lo más importante cuando corremos por el monte. Para mi cuenta mucho más disfrutar con el movimiento, pero sin perdernos el paisaje.
Lo malo es que a este paso lo único que me va a quedar es sólo el paisaje. Quizás por eso últimamente leo más libros de andariegos que de corredores. Es una tipo de literatura que siempre me ha atraído. Así que puede que esta sea la excusa perfecta para escribir sobre los que más me han gustado. Para poder leerlos de un tirón mientras salgo a correr.
2h 51 min
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