Calor, días soleados, tormentas que traen más truenos que lluvia, cantos de grillos al anochecer... Se me ha pasado el tiempo tan rápido que no me había dado cuenta de que ya estamos en medio del verano. Este año tenía la atención puesta en otras cosas y no lo he podido ver venir poco a poco.
Con el campo reseco, pocas flores hay ya. Tan sólo alguna mata de poleo, creciendo en lo que hace unas semanas eran humedales, y las azules flores de la achicoria, mostrando su belleza cuando están abiertas y pasando totalmente desapercibidas cuando se cierran al irse la luz.
Aunque sigo corriendo a primera hora de la mañana, el calor me está obligando a salir casi todos los días sólo, ya que mi compañera no aguanta con estas temperaturas. Queda ya poco para viajar al norte buscando climas más benignos. A ver si así podemos trotar en mejores condiciones.
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