Un recorrido breve por esta pequeña sierra que protege la playa del Trengandín por el sur. Trotando con paso lento a causa de la baja forma y del calor, y bajo cielos afortunadamente nublados.
Partiendo desde la playa, una subida trabajosa hasta lo alto de la sierra, en la que una vez más he despistado el camino. Es lo que tiene el norte, que de un año para otro, el mundo vegetal se come el decorado.
Después tocaba un corto sube y baja, hasta que a mitad de la sierra he tirado para abajo por un sendero realmente empinado que acorta el recorrido. Afortunadamente estaba todo seco, porque cuando está mojado lo más fácil es tirarse directamente al suelo y bajar rodando.
Y, como siempre, lo mejor al final de este tipo de recorridos: un baño en el mar para relajar el cuerpo. Ojala pudiera acabar siempre así mis correrías.
1h 16 min
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