A pesar de que en verano me suelo tomar un largo descanso, a veces mato el gusanillo con alguna salida desperdigada. Como en este caso, en el que he aprovechado el buen tiempo norteño para trotar por las faldas de la sierra Cabarga.
Un recorrido en el que he rodeado los lagos de Valcaba siguiendo el antiguo trazado de uno de los trenecillos con los que hace más de un siglo sacaban el mineral de estos montes.
Entre medias, he aprovechado para subir por una de las empinadas laderas, con la intención de subir hasta Castilnegro y bajar luego por otra trocha, pero una vez más me he liado siguiendo los senderillos abiertos por las vacas y he terminado medio perdido entre tojos y zarzas.
Así que he optado por darme la vuelta y regresar por el mismo camino. Una decisión muy sensata porque, además, las fuerzas empezaban ya a estar muy justitas.
1h 50 min
No hay comentarios :
Publicar un comentario