Una salida perfecta. Por el tiempo que he estado corriendo, por el recorrido, porque no he terminado agotado, porque la temperatura ha acompañado. Y, sobre todo, porque el valle del alto Eresma es uno de los más bonitos que hay en la sierra de Guadarrama.
Tan sólo compite con él el valle del río Moros. Pero la combinación de un río de verdad rodeado de montañas y con un valle cubierto por pinos y helechos hacen de esta zona un verdadero refugio. Para correr tranquilo, lejos de los calores de julio. Y para tropezarse con fauna y flora algo menos habitual.
En este caso, el recorrido ha sido muy suave al principio, bajando por la orilla izquierda del Eresma. Luego la cosa se ha puesto más dura, trepando monte a través hasta el cerro Pelado. Pero una vez alcanzado el camino de Santiago, he podido volver a trotar con normalidad.
3h 02 min
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