domingo, 25 de octubre de 2015

Mi nuevo veneno

Lo mejor para reponer líquidos después de correr es el agua. Pero todos solemos tener debilidad por alguna otra bebida. Desde refrescos de cola o isotónicos hasta gin tonic (supongo). La mía era una mezcla refrescante de cerveza sin alcohol y zumo. Pero hace poco, por razones médicas, he tenido que dejar de tomarla.

Lo bueno es que ha ido coincidiendo con la llegada del frío, así que no la he echado mucho de menos. De hecho, poco a poco he empezado a sustituirla por otro veneno que suelo tomar en el desayuno. Y que viene muy bien para entrar en calor. Un té con leche y una cucharada de miel.

En el libro Running with the Kenyans, Adharanand Finn mencionaba que los corredores locales solían salir a entrenar al amanecer con el estómago vacío, y que luego se tomaban tan sólo un té para entonarse. Puede que sea por la herencia británica. O porque es una bebida que entona el cuerpo, nos hacer recuperar líquidos y, si tiene miel, nos proporciona hidratos de carbono ricos y complejos. O sencillamente porque está deliciosa. Sobre todo en estos días fresquitos de otoño.

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