Después de la lluvia he subido hasta los vallejos que hay alrededor de la Peña Herrera, en la sierra de Hoyo. Un lugar alejado y escondido, con muy pocos senderos y con muchas jaras y peñas que rompen el paisaje. Una especie de refugio para corzos, jabalíes, perdices y demás fauna amenazada ahora con el fin de la veda.
A pesar de las tormentas el campo sigue muy reseco. Tendrá que caer mucha lluvia todavía antes de que los arroyos vuelvan a bajar con agua. Pero por lo menos se agradece la humedad después del verano tan reseco que hemos pasado.
Aprovechando que el terreno no estaba encharcado precisamente, y que las hierbas y matas siguen de capa caída, he investigado un poco campo a través. Siguiendo trochas abiertas por los animales y perdiéndome un poco entre matojos y grupos de peñascales sin destrozarme las piernas ni terminar lleno de arañazos (aunque alguno ha habido).
La vuelta la he hecho por la vía rápida, ya que ahora se nota que el sol se pone pronto y la luz se acaba deprisa. Es una hora perfecta para correr por el monte, sobre todo cuando el sol se cuela entre las nubes. Pero hay que andar con ojo para no quedarnos a oscuras perdidos en medio del campo.
2h 25 min
No hay comentarios :
Publicar un comentario