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jueves, 25 de noviembre de 2021
Ponerle nombre a las cosas
Desde pequeño vivo fascinado por los mapas. Siempre me ha gustado mirarlos, estudiarlos, compararlos, dibujarlos... Y una de las facetas que más me suele llamar la atención es la del nombres de las cosas. De dónde surgen los apelativos de montañas, valles, prados, peñas y rincones que pueblan la superficie maravillosa de los mapas?
lunes, 15 de septiembre de 2014
Mapa personal de Liérganes
En verano suelo pasar unas semanas en Liérganes. Y a lo largo de los años he ido tejiendo con mis carreras lineas en el mapa que rodea este precioso pueblo cántabro. Desde la sierra de Somo hasta peña Cabarga.
viernes, 9 de mayo de 2014
Se hace camino al andar
Antonio Machado ya lo decía en uno de sus poemas más famosos, pero la tecnología ha permitido por fin plasmar esa idea de la manera más fidedigna posible. Las carreteras, las pistas, los senderos, las veredas y cañadas están en los mapas. Pero los caminos son personales, únicos, diferentes e intransferibles.
viernes, 21 de junio de 2013
Correr por Hoyo de Manzanares
Correr o montar en bici por Hoyo es una maravilla. Pero sólo si te gusta la acción. A pesar de la gran cantidad de caminos que hay alrededor del
pueblo, o de las cañadas que lo unen con Colmenar Viejo, Torrelodones y
Moralzarzal, no hay apenas un tramo llano de más de cien metros. Por algo la
carrera más famosa se llama Rompepiernas.
viernes, 1 de marzo de 2013
La medida irreal de las cosas
Cuando nos enfrentamos con la tarea de medir las distancias que
corremos, lo primero que tenemos que hacer es olvidarnos de la realidad. Sólo
si corremos en pista podemos estar casi seguros de lo que recorremos. Y eso
únicamente si seguimos la calle uno y nos fijamos bien en las marcas de salida
para cada distancia.
Pero cuando vamos por carreteras, caminos, parques o, sobre todo, campo
a través, a lo máximo que podemos llegar es a tener una referencia aproximada.
Nada más.
El problema es que con la comercialización masiva de aparatitos o
teléfonos con tecnología GPS, parece que corriéramos con una cinta métrica en
el bolsillo. Pero no. Todos esos aparatos tienen un porcentaje de error a la
hora de establecer las distancias de un trayecto.
Los hay mejores y peores a la hora de acercarse a la distancia real (y
por los test que he visto por ahí, no tienen nada que ver con el precio del
aparato). Pero el margen habitual de error está entre el 0,3 y el 5%. En
positivo y en negativo.
Y los mapas de papel o las páginas web que miden distancias sobre mapas
o fotos aéreas tampoco son la panacea. Sin embargo, creo que, si dejamos de
lado la realidad total y absoluta, el servicio que nos dan tanto los
cacharrillos GPS, los mapas o las webs es más que suficiente.
Por un lado, no somos atletas profesionales. Para la mayor parte de
nosotros los segundos no existen (o no deberían existir). Por lo tanto las
distancias no tienen el mismo significado que para alguien que vive de eso.
Y por otro lado, creo que lo importante es medirnos a nosotros mismos.
Si usamos siempre el mismo sistema, estaremos teniendo siempre el mismo margen
de error. Por lo que los datos tendrán tanto valor como si supiéramos la
distancia real y absoluta.
Ah, y en lo de que respecta a las diferencias de altitud, vale todo lo
dicho anteriormente multiplicado por cuatro (eso cuando no confundimos metros
con pies).
miércoles, 12 de diciembre de 2012
La medida de las cosas
Tiempo y espacio. El tiempo no me interesa demasiado. No llevo nunca
reloj, no me obsesionan los parciales, y ni siquiera sé medir mi esfuerzo en
minutos por kilómetro. En mi cabeza sólo hay sitio para horas y minutos totales
(los segundos no me los planteo). Y eso porque al menos me sirven para
planificar las salidas.
Pero el espacio es mi verdadera pasión. Desde pequeño me han fascinado
los mapas. Cuando viajo por carretera suelo perder el tiempo pensado a dónde
llevarán los caminos y senderos que se pierden en la lejanía. Y si coincidís
conmigo en un avión, yo soy el que está todo el rato pegado a la ventanilla,
volando por encima del mejor mapa que existe.
El caso es que esa temprana pasión me ha servido para descubrir muchos
recorridos por los que trotar en libertad por en medio del campo. Algo que
parece sencillo, pero que no lo es tanto. En las zonas que conocemos como la
palma de la mano no hay problema. Sólo se trata de ir por los sitios trillados
de nuestra memoria y disfrutar relajados.
Lo malo es cuando queremos correr por territorios desconocidos. Y
cuando se corren 30 o 40 kilómetros, se llega más tarde o más temprano a lo
desconocido. Es entonces cuando hay que tirar de mapas, fotos aéreas, blogs de
internet o webs de recorridos:
El básico. Es rápido y cubre todo el mundo.
Sigpac (Ministerio Agricultura y Medio Ambiente)
General para toda España. El mapa y la foto aérea se pueden ver a la
vez gracias al degradado de mapas.
El mejor para la comunidad de Madrid. Se puede elegir entre mapa o
fotos aéreas de varios años (la de más resolución fue la del 2008).
Lo mejor es la herramienta en 3D. Sólo para la comunidad de Madrid.
Sirve a veces para ver si los caminos que aparecen en los mapas o fotos
aéreas son públicos o privados.
Este es el que uso para medir los recorridos (en millas o kilómetros). Es
gratuito (aunque hay que registrarse) y se pueden guardar los mapas, editarlos,
copiarlos, compartirlos…
Igual que el anterior, pero en peor.
Para descubrir rutas nuevas buscando por palabra o moviéndose con el
mapa. Hay muchísimos recorridos de gente que los ha descargado con sus GPS.
Otro buscador de recorridos para correr, pasear o montar en bici. No
tiene tantos como Wikiloc, pero es muy fácil de usar.
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