viernes, 3 de agosto de 2018

Playa de Salgado

No es fácil encontrar playas salvajes en las que correr durante un rato largo sin cruzarse con nadie. Pero la de Salgado es perfecta para alejarse del mundanal ruido y perderse en medio de la nada. Sobre todo si la bruma nos sumerge en una burbuja en la que lo único que cuenta es la arena, el mar y nuestras huellas.

Cuando el cielo está despejado, esta playa ofrece unas vistas perfectas de Nazaré al norte, y de la serra de Boavista al este. El resto lo ponen las olas de un Atlántico que no se anda con bromas y una barra de arena que va cambiando con la marea.

Durante el día la gente baja por los pocos caminos que existen para ver el paisaje. Pero a primera hora de la mañana se puede disfrutar de kilómetros desiertos con la única compañia de las gaviotas. Un recorrido que merece de verdad la pena para volver a correr como niños.

1h 26 min




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