Los montes que se alzan en la costa al este de Noja son el lugar perfecto para admirar de lejos y disfrutar de cerca la playa de Trengandín, una de las más bonitas del Cantábrico.
Además, la sierra del Brusco nos ofrece también la oportunidad de correr por en medio de un antiguo bosque de laurisilva. Una verdadera selva tropical en la que a veces resulta fácil perderse. Afortunadamente, el sendero que recorre todas las cimas de la sierra está perfectamente señalizado.
El primero de los miradores de la sierra del Brusco está en Mijedo, una zona en la que predominan los eucaliptos. Aunque muy pronto dejarán paso a los laureles, encinas y helechos. El segundo pico es el de Miravalles; y en el tercero, el Cueto Cabrero, podemos encontrar las ruinas de un fortín napoleónico que mira hacia las marismas de Santoña.
La bajada desde esta pequeña sierra se hace por la llamada punta del Brusco, un espolón que se adentra en el mar y que separa las playas de Berria y el Trengandín. Esta última es una maravilla de la naturaleza que no sé cómo ha podido librarse de la especulación turística de Noja. Así que merece aprovecharla ahora mientras sigue silvestre y aislada.
1h 21 min
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