Vivimos un momento excepcional. La amenaza de que este tipo de virus sature el sistema sanitario y lo haga colapsar va a alterar radicalmente nuestros ritmos de vida. Por el bien de todos, debemos evitar ser un eslabón más en la cadena de contagios. O convertirnos en un estorbo para médicos y hospitales.
Así que tenemos que dejar de correr. Todos. Porque incluso los que trotamos por el campo en la más absoluta de las soledades (algo muy recomendable para evitar infecciones), también estamos expuestos a sufrir una lesión, una caída tonta, una luxación, un esguince... Cosas que nos podrían llevar a terminar en urgencias.
Y los profesionales de la sanidad que se están dejando la vida para salvar las de otros no se merecen el tener que sufrir las posibles consecuencias de nuestra estupidez. No se trata sólo de no contagiar o contagiarse. Se trata también de no complicar más las cosas.
Durante estas semanas tratemos de hacer las cosas con cuidado. Por nosotros mismos. Por ellos. Por todos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario