Después de casi un mes sin poder correr, por fin he vuelto a trotar de nuevo por el campo. Con un escenario muy cambiado, gracias a las lluvias que han estado cayendo a lo largo de noviembre.
Teniendo en cuenta de dónde venía y lo que llevaba parado, me tomé la salida con muuuucha calma. La idea era retomar la cosa poco a poco. Y el caso es que salió todo bien, aunque al final terminé con los gemelos un poco escocidos.
Sin embargo, al día siguiente y casi nada más ponerme en marcha, el gemelo se ha revelado de verdad y me ha enviado un aviso. Mensaje recibido. Dejaré pasar todavía unos cuantos días más antes de volver a desplazarme por el monte a ritmo de glaciar.

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