Danny Dreyer es un corredor de ultramaratón que se ha pasado los
últimos 35 años trotando por ahí. Un día, después de ver durante mucho tiempo a
la gente practicando Tai Chi en un parque cerca de su casa, decide pedirle
ayuda a un profesor (en plan pequeño saltamontes).
Su idea es fusionar la técnica del Tai Chi con su pasión de toda la
vida, pensando en encontrar un sistema que sea a la vez eficiente desde el
punto de vista de la energía y que prevenga las lesiones.
El resultado es una técnica que combina a partes iguales sentido común
y mucho marketing.
Argumento
Lo mismo que existe la cocina fusión, también se pueden mezclar los
principios de varios deportes. La idea es sencilla: correr con la fluidez de
movimientos del Tai Chi, a ser posible a una velocidad un poco mayor.
Si a eso le juntamos los conceptos “de forma natural”, “enfocando
nuestra mente” y “evitando lesiones” ya tenemos a miles de californianos
salivando por seguir una nueva moda.