En la tradición literaria anglosajona hay un espacio reservado para un tipo especial del libros: recopilaciones de textos breves para cada día del año. Los hay que versan sobre el tiempo atmosférico (tema muy importante en Gran Bretaña), otros son pequeñas recetas, o refranes, o actividades en el jardín (otro asunto de interés nacional). O, como en este caso, anécdotas relacionadas con el trote.
Son libros para ojear de vez en cuando. Para tener el cuarto de baño. O encima de una mesa del salón. No son obras maestras de la literatura, pero no hacen daño a nadie. En este caso sería un libro sin mayor importancia, de no ser por un pequeño detalle: las ilustraciones.
Porque el trabajo de Daniel Sexx es realmente extraordinario. Con imágenes que podrían convertirse en posters y camisetas de recuerdo. Recogiendo de una forma minimalista y retro las grandes hazañas de este deporte.
Un libro de esos que merece la pena tener en papel. Para echarle un vistazo de vez en cuando. Para recordarnos la pasión que ha movido a la humanidad a la hora de ponernos a correr. O para utilizar sus ilustraciones en alguna idea creativa.
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