viernes, 8 de diciembre de 2017

Sierra de Hoyo

A veces cuesta levantarse antes de que amanezca para salir a correr. Y en invierno, el frío nos empuja a estar en casa calentitos. Pero si nos quedamos en la cama y esperamos a que haga calor, nos perdemos el mejor momento del día.

Porque aunque llamaron alba a este momento porque suele tener una luz blanca, hay mañanas en las que el sol y las nubes se juntan para ofrecernos el gran espectáculo. Un estallido de color en el cielo que nos compensa mil veces estar corriendo por el campo a estas horas.

Con este decorado celeste, hoy subiendo a la sierra de Hoyo, casi ni notaba el cansancio en las piernas. Con todo el monte para mi solo, ya que a estas horas no había ni un alma a la vista. Ni siquiera bichos silvestres. Tan solo he despertado por el camino a un par de buitres (uno negro y un leonado), que habían preferído disfrutar del panorama posados en unas peñas.

1h 37 min




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