sábado, 24 de octubre de 2020

Corriendo con sol y lluvia


Entre las lesiones tontas y el confinamiento llevo un año en el que apenas he podido correr un mes seguido. Así que estas dos últimas semanas las he disfrutado de verdad. Aunque mi ritmo ha sido al trote cochinero, por lo menos el alba me ha encontrado en medio del campo y en compañía canina.

Además, estos últimos días la lluvia abundante ha empezado a empapar bien la tierra, y he podido chapotear a gusto. Ahora hasta se pueden ver ya los primeros arroyuelos cayendo por las torrenteras.

A pesar de que salgo a correr a una hora buena para la vida salvaje, lo cierto es que me he cruzado con pocos animales. Y en cuanto a las flores, en esta época son muy pocas las que alegran el monte: apenas he visto un par de clavelinas protegidas entre las grietas de las rocas, matas sueltas de hierba de Santiago, alguna violeta tempranera medio escondida y las últimas quitameriendas. No son muchas, pero puede que con estas lluvias algunas plantas más se animen a sacar sus flores al sol otoñal.











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