martes, 13 de octubre de 2020

Vamos con la segunda


No sé si es por mi forma de correr, o por la mala calidad de los materiales, pero el caso es que de vez en cuando tengo que dejar de correr durante un tiempo por algo que creo que se llaman micro roturas fibrilares. Mucho nombre para algo que no tiene nada de épico. Son pequeños desgarros en los gemelos que punzan como una pedrada en el momento, y que no tienen más misterio para curarse que saber aguantar tres semanas en reposo.


En este caso, mi primera vuelta a los senderos me duró dos días. Así que he tenido que esperar más de un mes para volver a trotar en esta segunda intentona. Por ahora parece que la cosa va bien: con salidas breves, a un ritmo senil y dando pasitos cortos.

No soy precisamente poesía en movimiento, pero por lo menos estoy pudiendo disfrutar del campo otoñal. Una de mis cuatro estaciones favoritas para correr








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