domingo, 25 de septiembre de 2022

La soledad del corredor al alba


Ahora que ya salgo a correr de noche, y me pilla la primera luz trotando por esos montes, disfruto de la soledad más absoluta. Y del silencio del campo, en una estación en la que ni los animalillos quieren romper la quietud del alba.

No hay mayor momento de introversión que los que nos dejan los sentidos suspendidos. Y al salir ahora, cuando las estrellas todavía se pueden contar en el cielo, el paisaje se reduce a un fondo oscuro uniforme.

Nada interrumpe los hilos que vamos tejiendo en la cabeza. Estos días, como diría Lope, para correr conmigo me bastan mis pensamientos.








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