viernes, 27 de enero de 2023

La felicidad de correr de nuevo


Esta semana he podido volver a mis rutinas matutinas. Saliendo todavía de noche, con la luz de frontal y mi vieja compañera, para recibir al trote las primeras luces del día. Un verdadero placer, a pesar de que a estas alturas el invierno ya ha hecho acto de presencia.

Pero el frío también trae buenos experiencias, como la de escuchar el suelo crujir helado con cada pisada. Además, hace un par de días escuché por primera vez a los carboneros y herrerillos silbando entre las ramas desnudas de los árboles. No sé si reclamando ya sus territorios o simplemente haciendo amigos.

Como el dolor de la fascitis todavía no ha desaparecido del todo, he aprovechado también para recuperar las fuerzas despacito. Tratando de volver a recuperarme después de un mes parado, me doy cuenta de que según pasan los años se pierde la forma más rápido que se recupera. Menos mal que la edad nos va enseñando a ser prudentes y tener paciencia (quizás porque no queda más remedio).




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