Llevamos semanas viendo brotar de la tierra los frutos del otoño. Setas que nos recuerdan que entre la arena, las piedras y la madera muerta existe un universo paralelo de hongos que crecen, viven, se reproducen y mueren lejos de nuestra vista.
Ellos son los que se encargan de transformar lo que muere en el lecho del que surge de nuevo la vida. Y en esta época es cuando sus frutos salen de la noche a la mañana, dándole sentido a eso de crecer como setas.
Así que me he dedicado a observar las setas que hay cerca de casa por esta época. Desde la ignorancia del que nunca se ha sentido lo suficientemente atraído por ellas para aprender a diferenciarlas.
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