Últimamente salgo a corre sin saber si voy a trotar poco o mucho, lejos o cerca de casa. Las fuerzas deciden en cada momento hasta donde me van a llevar mis piernas. Y así, los recorridos los decide un poco el azar.
O los cazadores. Porque viendo que el cuerpo aguantaba había decidido correr un poco por los valles que rodean la Solana. Pero unos carteles avisando de una cacería primero, y el sonido de tiros después, me han hecho pensar que mejor era tirar hacia otros pagos.
Y así, metidos ya en harina, me he puesto a darle una vez más la vuelta al pueblo. Trotando en soledad y rodeado del olor de los cantuesos mojados. Y encima terminando el recorrido con mucho mejor cuerpo de lo que pensaba. Disfrutando de una mañana de otoño realmente hermosa.
1h 53h



No hay comentarios :
Publicar un comentario