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jueves, 21 de febrero de 2013

Cerro de San Pedro


La primavera ya está aquí. Como frase no es muy original, pero al menos es sincera. Hoy he visto ya las primeras margaritas en los prados de Navalvillar. Las ranas llevan cantando a lo bestia desde hace unas cuantas noches. Y, en general, se siente en el aire esa sensación como si algo estuviera a punto de explotar.

Puede que el invierno dé sus últimos coletazos con alguna tormenta más de nieve y un par de semanas de frío. Pero el buen tiempo de verdad está a la vuelta de la esquina. Y los días ya se notan cada vez más largos.

Hoy me apetecía volver al cerro de San Pedro. Con dos días de descanso desde la salida del domingo quería probar a ver qué tal me respondían las piernas. Y además quería quitarme el recuerdo de la última vez, con lesión incluida.

El ritmo ha sido un poco más lento, pero he corrido sin cansarme y he llegado con fuerzas. Tengo ganas ya de volver a correr por la sierra. A ver si algún fin de semana puedo escaparme hasta la Najarra.

Los prados no estaban demasiado encharcados, a pesar de la lluvia de ayer. Mi sensación es que este invierno ha caído muy poca agua. Los arroyos no han bajado llenos casi nunca y los campos no han rezumado agua como otros años.

En resumen:
  • Un día templado (10-11º) y sin viento.
  • Muchos terneros recién nacidos en Navalvillar. Y las cigüeñas, a lo suyo en sus nidos.
  • Este es uno de los recorridos más duros para las piernas de todos los que suelo hacer, y la segunda cuesta del cerro sigue siendo un suplicio.
14,65 Km (9,19 millas)
556 m
1h 48 min (8,14 km/h)

viernes, 2 de noviembre de 2012

Cerro de San Pedro


Después de los errores del último día, hoy había decidido tomármelo con calma. Y desayunar como un campeón, por si las moscas. Pero el caso es que, según me acercaba a Colmenar, he visto el cerro de San Pedro con una corona de niebla y la cumbre al sol que parecía invitarme a probar fuerzas.

Así que he aceptado la invitación. He salido bien, con el sol calentándome la espalda. Iba pendiente todo el rato de las piernas, por si el cansancio. Pensaba que si no me encontraba bien durante los primeros kilómetros siempre podría hacer una variante del recorrido, y dejar a San Pedro para otro día. Pero como me encontraba con fuerzas, he tirado para arriba.

He empezado la subida con calma. Cuando he entrado en la niebla que cubría las laderas de cerro, a media altura, se ha notado el fresquete. Además, soplaban ráfagas de viento en los collados.

Cuando he llegado a la cumbre, la niebla había subido conmigo y no se veía nada, así que he empezado la bajada corriendo entre las nubes. Ya a mitad de bajada, el sol ha regresado haciendo brillar los prados. Este tramo es muy largo y bonito, y se disfruta mucho por la velocidad que recuperamos después de haber jugado a carrera de caracoles en la subida.

Las dos últimas subidas para volver al punto de partida han sido muy llevaderas. Parece que ya me he recuperado de lo del otro día. Al final, he hecho un buen tiempo, lo que siempre te alegra un poco y te da ánimos para afrontar la próxima carrera con optimismo.

En resumen:
  • Cada vez estoy más convencido de lo importante que es empezar tranquilo y subir despacio. El esfuerzo temprano se paga caro. Y lo poco que ganamos en tiempo subiendo forzados no compensa. Aunque parezca un contrasentido, lo suyo es recuperarnos cuando vamos cuesta arriba para disfrutar corriendo de verdad cuesta abajo.
  • Me parece que lo de comer bien antes de correr es lo que puede marcar realmente la diferencia entre disfrutar o lloriquear de cansancio.
  • Los pulmones, por fin bien, gracias. Pero ahora parece que me molesta un poco el muslo por detrás (creo que es el tendón biceps femoral). Veremos qué tal va estos días.
14,65 Km (9,10 millas)
556 m
1h 44 min (8,45 km/h)