Con la intención de proteger el patrimonio cultural español, en 1931 casi 800 edificios, yacimientos y cuevas fueron declarados monumentos histórico-artísticos. En ese listado se incluía el castro del monte Santa Tecla.
Hace 2.000 años, las poblaciones de origen celta de la zona ocuparon este monte y construyeron un poblado de casas circulares de piedra. Sus restos, y los que siguen apareciendo en los nuevos yacimientos, se pueden ver en la laderas del monte.
Así que, además de peñas, árboles y vistas extraordinarias sobre el campo y el mar vecinos, el monte de Santa Tecla tiene muchas historias que contarnos. Con sus dos picos casi gemelos (el de San Francisco y el del Facho) realmente merece la pena perderse durante un rato por este rincón de Galicia.
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