Hace mucho tiempo, para ir a Moralzarzal las gentes de Torrelodones y de Hoyo de Manzanares no seguían el recorrido de la A6. Iban por un camino que serpentea siguiendo el arroyo Peregrinos y sube hasta el collado entre el cerro Mirete y el espolón que baja desde Peña Herrera.
Un camino que ahora tan sólo usamos los ciclistas, paseantes y corredores. Y que ofrece un bonito recorrido desde el que es posible observar también las cascadas del Covacho si nos desviamos un poco.
Así que, aprovechando que unos amigos se iban hacía Moralzarzal, he aprovechado para acompañarles hasta el mirador al final del camino, antes de comenzar la bajada hacia Villalba, y luego he vuelto por los senderos del valle del Peregrinos.
Un recorrido suave y no demasiado largo en el que lo mejor, además de la compañía, ha sido poder disfrutar de la nevada que ha cubierto todo el campo de blanco durante una horas. Porque en cuanto ha salido el sol, el paisaje ha vuelto a quedar despejado. Milagros fugaces de la primavera.
2h 05 min
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