A pesar de los cambios de tiempo atmosférico y del calentamiento global, todavía los refranes populares siguen siendo muchas veces válidos. Por ejemplo, eso de que marzo es ventoso y enloquecido lo hemos comprobado a la perfección durante estas semanas.
Los últimos días han sido, sobre todo, para terminar aventados. Algo que he odiado desde pequeño. Porque realmente se entiende que esas ráfagas cortas y duras, esos árboles arremolinados, o esas nubes de hojas, arenilla y polen que levanta el viento, enloquezcan a la gente.
Así que esos últimos días he salido poco. Cuidando de mi salud mental a costa de dejar que el cuerpo termine un poco anquilosado. Y en los próximos días, si sigue siendo cierto el refrán, habrá que prepararse para unas buenas tormentas primaverales. Ojalá sea cierto. Porque el campo todavía necesita algo más de agua.
No hay comentarios :
Publicar un comentario