La primavera tiene dos caras. Una esquizofrénica, con cambios de humor a cada minuto. Como un adolescente con las hormonas desbocadas: una sonrisa ahora y una rabieta dentro de un rato. Es la cara que hemos tenido esta semana.
La otra es más amable, una primavera en la que andamos en camiseta al sol y la brisa mece las ramas de los árboles cargadas de hojas nuevas. Pequeñas nubes blancas pasean por un cielo azul cobalto y los cantos de los pájaros nos alegran la vida. Parece que esa es la cara que veremos la semana que viene.
En cualquier caso, y a pesar de las nieves que nos han sorpredido alguno de estos días, el tiempo ya ha cambiado y el sol pega más fuerte. Llega el momento que más me gusta del año para salir corriendo. Habrá que aprovecharlo.
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