domingo, 21 de marzo de 2021

Vuelta a las Colinas


Poco a poco voy volviendo a recuperar la forma. Correr a estas alturas de la vida cada vez se parece más al castigo de Sísifo: cuando ya estoy alcanzando ese estado en el que podría trotar durante horas, una lesión, una circunstancia o cualquier pamema me hacen volver a empezar desde el punto de salida.

Por eso, ya he aprendido a disfrutar de lo que la suerte me presente. Salidas cortas o largas; con los pulmones abiertos y las piernas ligeras o echando el bofe. En cualquier caso, mientras pueda trotar por el monte todo irá bien.

Por eso, esta salida me ha producido sensaciones encontradas. Por un lado, me estaba moviendo, y en un estado en el que podría haber seguido todo el día. Por otra parte, al poco de comenzar a moverme, mi pierna izquierda se ha vuelto a poner temperamental. Nada grave, pero basta la sombra de una posible lesión en el horizonte para inquietarme.

Afortunadamente, la cosa se ha quedado por ahora en sólo eso, una sombra. Así que parece que podré seguir disfrutando un poco más, ya sea corriendo con la cabeza alta o arrastrándome malamente.

1h 35 min





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