domingo, 28 de marzo de 2021

Vuelta a Hoyo


Después de unos días en los que las fuerzas han estado muy justitas, he decidido probar a ver si el cuerpo aguantaba una salida ligeramente más larga de lo normal. Y lo cierto es que he terminado malamente. Parece que estoy ahora en una de esas fases en las que mis salidas no se caracterizan precisamente por un ritmo alegre y saltarín.

Por lo menos he podido disfrutar del campo al amanecer, con una temperatura perfecta para trotar y un coro de alegres pajarillos como música de fondo. Otros lo han pasado peor. Como una cabra abandonada con la que me he cruzado cerca del aprisco, que ha debido de pasar la noche al raso. Algo habitual en este rebaño, ya que el cabrero ni las suele acompañar, ni se preocupa por recogerlas al anochecer.

Durante el resto del camino no he visto casi a nadie, en parte por la hora, y en parte porque hay zonas del sendero que se alejan bastante del pueblo. Un camino bordeado en muchos sitios por matas de romero cuajadas de flores. Y con algunas más despuntando ya en las jaras de la ladera. Parece que en un par de semanas vamos a tener una explosión de color. A ver si puedo disfrutar del escenario con un trote más ligero.

1h 47 min










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