Estos días que he pasado en Lugo he aprovechado para hacer alguna salida al trote. Recorridos cortos que me han permitido matar el gusanillo después de un parón largo, además de curiosear por los montes y valles de la zona. En la primera salida me he acercado hasta una cascada de fácil acceso.
El recorrido discurre por pistas entre bosques de eucaliptos. Un camino con pocas subidas y bajadas salvo al final, donde los carteles de indicación desaparecen y hay que echarse monte arriba para llegar hasta el salto de agua.
Ver estas cascadas ha sido una buena excusa para soltar las piernas a primera hora de la mañana, disfrutando del campo en soledad (aunque acompañado por algunos coches tempraneros que pasaban por la carretera que discurre a pocos metros, en paralelo al camino).
54 minutos
No hay comentarios :
Publicar un comentario