A veces descubrimos senderos preciosos en donde menos lo esperamos. No porque estén ocultos, sino porque en muchas ocasiones existen otros atractivos cercanos que nos deslumbran con una belleza más fuera de lo común. Cerca de las costas suelen ser las playas y acantilados los que se llevan la palma. Aunque a su sombra se oculten cosas curiosas e interesantes.
Como este camino que recorre los nueve molinos antiguos que se construyeron en las riveras del río Rigueira. Un sendero perfectamente marcado y bien cuidado en el que vamos siguiendo sus aguas limpias mientras serpentea entre prados. Una ruta perfecta para hacer en familia y disfrutar del paisaje interior del campo lucense.
Esta última salida por Galicia ha sido la más corta. Al menos en cuanto al tiempo que he estado corriendo, ya que he calculado mal lo que me iba a llevar terminarlo. Es lo que tiene no estar habituado a correr en llano, que se me olvida que el trote va más rápido.
47 minutos
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