miércoles, 15 de junio de 2022

Un mes perdido


Este año se nos ha perdido un mes. Después de enero tendría que haber venido febrero, con el último arreón del invierno. Pero cuando pasó el 31 de enero lo que nos llegó fue marzo, con sus nubes cargadas de lluvia y temperaturas suaves. La primavera se nos comió un mes. Y en esas estamos.

Mayo ha batido todos los récords de temperatura. Y junio ha venido disfrazado de julio. Así que el calor, los cielos despejados de color ceniza y los campos resecos se han convertido en nuestro paisaje cotidiano. Una pena, porque correr por Castilla en estas condiciones es como trotar por alguno de los círculos del infierno.

Sólo me queda consolarme pensando en el norte. Ya queda menos para volver a ver prados verdes y nubes en el cielo. Hasta puede que caiga alguna tormenta de vez en cuando, y tenga que correr con manga larga. Mientras tanto, seguiré buscando algo de fresco a primera hora del día.







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