Aunque ya no hace tanto frío por la noche (tan sólo baja a 3 o 4 bajo
cero), lo cierto es que apetece más salir a correr a mediodía. Y no he sido el
único en darme cuenta. Por lo visto miles de personas han pensado lo mismo,
porque el campo estaba lleno de familias paseando y de ciclistas llenándose los
pulmones de aire puro.
Para disfrutar del campo un poco a solas, puso rumbo al sur, hacía el
arroyo de Trofa. Así me aseguraba de algunos momentos de tranquilidad. En ese
tramo, además de grupos de rabilargos, también vi un par de petirrojos. En
estos meses no es fácil ver mucha fauna correteando por ahí. Bastante tienen
los bichejos con esconderse del frío y de los cazadores.
El recorrido y la carrera fueron perfectos. Agradeciendo todo el rato el
calorcillo del sol, que se notaba pero sin pasarse. De hecho, hay zonas
umbrosas en las que estos días no termina de deshacerse nunca la escarcha.
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