viernes, 11 de noviembre de 2016

Frío, sol, niebla y lluvia

Aunque el año pasado nos quedamos sin otoño (y al invierno casi ni lo vimos), parece que esta vez la estación ha venido con ganas. Esta semana, por ejemplo, hemos tenido un poco de cada uno de los ingredientes que aderezan un otoño de libro: frío, sol, niebla y lluvia.

Un poco de todo, aunque lo que más ha brillado ha sido el sol. Lo que se ha agradecido, porque las mañanas se han despertado ya con el verano totalmente olvidado. Hoy incluso ha amanecido el campo con una ligera capa de escarcha. Lo que ha puesto un ambiente ya casi invernal a la cosa.

Después de casi dos meses corriendo a diario, he comenzado a seguir unas cuantas rutinas en mis recorridos. Al tener muy pocas opciones de campo a mi alrededor, mis salidas se han reducido a dos zonas más o menos silvestres.

Los lunes, miércoles y viernes suelo comenzar subiendo por las laderas del canto del Pico hacia Hoyo. Es un paisaje más cerrado, con senderillos apenas dibujados entre la hierba y los arbustos. Con mucha jara, enebro y encina. Y lo mejor de todo es que los recorridos terminan cuesta abajo (lo que siempre ayuda).

Los martes y jueves cambio de aires y me voy por la zona del torreón y por los caminos que bajan hacia el canal del Guadarrama. Los martes perdiéndome más por el medio del monte, mientras que los jueves no me salgo del camino principal. No sea que me confundan con un jabalí, que es día de caza.

Los recorridos son pocos. Y el campo demasiado humanizado para mi gusto. Pero menos da una piedra. Además, para variar un poco y romper la monotonía, suelo cambiar a menudo el sentido de mis recorridos.

En lo que no he tenido problemas ha sido en adaptarme a correr poco y a diario. Con un cuerpo habituado a salidas largas y a reposos prolongados, pensaba que iba a arrastrarme cada mañana de forma lamentable. Pero lo cierto es que le estoy cogiendo el gusto a la velocidad.

Ahora ya no corro al ritmo de avance de los glaciares. Ahora voy casi tan rápido como... No sé. Como el ritmo de fusión de los glaciares en pleno calentamiento global, supongo.

2 comentarios :

  1. Madre mía Nacho. Me parece increible oirte hablar de velocidad, quien te ha visto y quién te ve. La envidia que me das pudiendo salir a diario. Yo voy viendo luz al final del túnel, y creo qye voy a poder tener 3 días fijos a la semana. De momento ya tengo 2. Una locura!! EN cualquier caso a la que un día vuelvas a tus ritmos habituales nos damos un rulito por donde me digas que me apunto. Un abrazo.

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    1. La velocidad siempre es relativa ;)
      Y lo de salir a diario viene de un cambio en mis ritmos de vida. Ya te contaré. A ver si hacemos una salida un fin de semana por la sierra. Un abrazo.

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