sábado, 2 de septiembre de 2017

Decorados celestes

Esta semana han empezado con algunas tormentas típicas del final del verano. Agua de lluvia que desaparece al poco tiempo, absorbida por un campo realmente sediento. Así que ha sido un placer correr por caminos en los que el polvo ha desaparecido. Y ver cómo las plantas brillan al sol después de los chaparrones.

Además, con esta temperatura tan agradable no importa que caiga una tormenta mientras corremos. Al menos mientras no sea una de esas con ganas de batir un record, o que se mute en pedrisco.

Pero lo mejor de todo han sido los cielos. La combinación de la luz del amanecer con nubes hinchadas como culturistas convierten el cielo en todo un espectáculo. En días así, cuando corro voy mirando más hacia arriba que por donde voy poniendo el pie (a costa de algún tropezón que otro).

Realmente todo gana con este cambio de decorado. Y saber lo que nos perdemos también ayuda a sacarnos de la cama cuando se nos pegan las sábanas antes de que salga el sol.








No hay comentarios :

Publicar un comentario