Las estaciones son algo muy personal. Tan sólo la gente que no sale del asfalto las sigue por el calendario. Para el resto los cambios llegan por pequeños detalles con los que un día nos despertamos.
Hay gente que da el invierno por acabado cuando florece una determinada planta. O cuando el calor del mediodía nos permite volver a pasear en camiseta. O cuando los frutales se cubren de blanco o rosa. Para mí, el invierno dice adiós esa mañana en la que vuelvo a escuchar a los pájaros cantándole al sol.
El lunes pasado salí a correr y me encontré con lo que había faltado los últimos meses. Nos hemos acostumbrado tanto durante el invierno al silencio del campo que ya no nos acordábamos de lo que le faltaba: trinos excitados de todo tipo de pajarillos saludando a la primavera.
A lo largo de mis carreras matinales de la semana me he ido cruzando con jilgueros, colirrojos, verdecillos... Pájaros que llegan ahora o que han estado escondidos. Seguro que volverá a haber todavía días de frío, y hasta de nieve. Pero sus cantos nos anuncian que el invierno ya ha acabado.
No hay comentarios :
Publicar un comentario