lunes, 5 de noviembre de 2018

Maravillas cotidianas

A veces viene bien dejar de correr por el campo durante un tiempo. Como cuando damos un paso atrás para coger impulso. Porque así volvemos a convertir en novedad lo que se ha impregnado con el tufillo de lo cotidiano.

Realmente casi todo lo que hacemos cada día es algo maravilloso. Pero para ser consciente de ello a veces tenemos que perder nuestros privilegios. Entonces, eso que damos por sentado se convierte en algo por lo que dar las gracias: el paisaje, el sol, el aire que nos rodea. Y el poder seguir trotando.

Así que espero que pueda continuar haciéndolo todavía durante muchos años. Agradeciendo cada zancada, cada recorrido y cada día que pueda correr al aire libre. Y disfrutando de todo como si fuera un regalo.



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