domingo, 15 de mayo de 2022

La Solana


Una salida realmente breve, aunque en teoría debería haber sido todavía más breve si las piernas me hubieran respondido. Pero mi cuerpo hoy no estaba para farolillos, así que me lo he tomado con mucha calma y me he dedicado a observar cómo crecía la hierba al borde del camino.

Todo ello bajo un cielo cubierto de nubes que han dejado caer un par de aguaceros durante mi recorrido. Un poco de agua que me ha servido para refrescarme. Los que mejor le pusieron el nombre a estas pequeñas y breves lluvias de la primavera fueron los ingleses, llamándolas duchas (aunque usaron primero la palabra para las tormentas).

El caso es que a pesar de la flojera he agradecido este recorrido. Así he podido ver una vez más como los prados se están llenando de miles de flores. Parecen alfombras, pero da pena pisarlas.

1h 13 min








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