Una nueva salida un poco más larga de lo normal, para que mis piernas y pulmones sepan que no han venido a este mundo sólo a disfrutar. Aunque, como todavía estoy en fase de recuperación, la cosa ha sido relativamente suave y placentera.
Un día glorioso de invierno, en el que a pesar del sol he trotado con los guantes puestos. Cruzándome con paseantes cubiertos por gorros y abrigos, y ciclistas envueltos en mallas y cortavientos. No sé cuanto aguantará todavía, pero al fin y al cabo estamos en invierno.
Del recorrido, no hay mucho que destacar. Ni siquiera yendo tan lento he visto nada especial. A esa hora tan avanzada de la mañana, los animales ya estaban todos escondidos entre los matorrales. Y las plantas todavía están a la espera de que vengan aires de primavera para despertar. Son tiempos para correr sin demasiadas distracciones.
1h 56 min
No hay comentarios :
Publicar un comentario