Una mañana de primavera, exactamente a las ocho, llegaba el primer cuco a Hoyo. Cantó siete veces, claro que con la voz un poco ronca porque la primavera aún acababa de empezar. Luego se marchó en seguida, volando rumbo al Este.
Desde que era pequeño y leí un libro que empezaba así (o casi), siempre me fijo en el momento en que oigo al primer cuco de la primavera. Y también en el color de la primera mariposa del año. Aquel libro se convirtió en un gran amigo, y las aventuras de sus personajes me acompañaron durante muchos años.
Pero esta mañana, al oír al primer cuclillo cantando en una loma al otro lado del valle, me he dado cuenta de algo en lo que nunca antes me había fijado: que sonido tan fuerte! Y me he puesto a pensar en que, a lo mejor, este pájaro de canto tan simpático y costumbres poco ejemplares es el campeón en decibelios de la primavera.
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