domingo, 11 de mayo de 2025

La primavera eterna


Normalmente a estas alturas del año deberíamos sufrir ya los fuegos eternos del infierno de Dante. El calor nos debería hacer sudar a chorros, y los rayos del sol nos harían buscar la sombra desde primera hora de la mañana. Sin embargo, ahora parece como si viviéramos en un limbo primaveral perfecto. Cosa que se agradece.

No sé qué pasará hacía el 40 de mayo, pero por ahora no está la cosa como para soltar la ropa de abrigo. Yo sigo saliendo a correr al amanecer con manga larga y guantes. Así que, entre que el invierno ha sido moderado y el calor no termina de llegar, estamos disfrutando de una primavera eterna.

Es como si el Norte hubiera venido de vacaciones a visitarnos: campos verdes, miles de flores, tormentas de vez en cuando, un cielo lleno de nubes que parecen salidas de un dibujo infantil. No recuerdo haber pasado nunca una estación así, pero no seré yo el que se queje.








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