viernes, 24 de febrero de 2017

Días extraños

Esta semana hemos tenido un tiempo raro, raro de verdad. Han sido días extraños. No del tipo de la película de Kathryn Bigelow, sino más bien con un tono apocalíptico a lo Mad Max. Porque las altas temperaturas y la calima, parecen un avance del negro futuro que nos espera.

Desde el miércoles los cielos se han velado con la arena del desierto. Y las plantas y árboles han empezado a abrir sus flores a lo loco. Despidiendo demasiado pronto a un invierno que ha acabado antes de llegar.

Lo peor ha sido que las nubes de polen y el polvo sahariano se han combinado para impedirnos respirar a pleno pulmón. Así que a estas alturas tenemos los bronquios como si fueran calcetines sucios y resecos.

Correr en estas condiciones no es demasiado agradable. La luz gris y la neblina calimosa ensucian el campo. Es como cuando nieva y sale el sol, pero justo al revés. En vez de convertir cualquier paisaje en algo bello y alegre, lo deja todo feo y descolorido.

Esperemos que pasen pronto estos días extraños. Que siga lloviendo y que brille el sol sobre un cielo azul metálico. Que soplen los vientos locos de marzo limpiándolo todo. Y que la luz nos devuelva la alegría de correr.

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