Esta semana hemos tenido un tiempo raro, raro de verdad. Han sido días extraños. No del tipo de la película de Kathryn Bigelow, sino más bien con un tono apocalíptico a lo Mad Max. Porque las altas temperaturas y la calima, parecen un avance del negro futuro que nos espera.
Desde el miércoles los cielos se han velado con la arena del desierto. Y las plantas y árboles han empezado a abrir sus flores a lo loco. Despidiendo demasiado pronto a un invierno que ha acabado antes de llegar.
Lo peor ha sido que las nubes de polen y el polvo sahariano se han combinado para impedirnos respirar a pleno pulmón. Así que a estas alturas tenemos los bronquios como si fueran calcetines sucios y resecos.
Correr en estas condiciones no es demasiado agradable. La luz gris y la neblina calimosa ensucian el campo. Es como cuando nieva y sale el sol, pero justo al revés. En vez de convertir cualquier paisaje en algo bello y alegre, lo deja todo feo y descolorido.
Esperemos que pasen pronto estos días extraños. Que siga lloviendo y que brille el sol sobre un cielo azul metálico. Que soplen los vientos locos de marzo limpiándolo todo. Y que la luz nos devuelva la alegría de correr.
No hay comentarios :
Publicar un comentario