Esta semana me he ido acordando también de esa canción inglesa que nos habla del buen tiempo, de la cosecha, de los terneros recién nacidos... Y del canto del cuco. Porque cuando corro por el campo, mis pensamientos suelen divagar también por territorios asilvestrados.
El caso es que el cuco ya está aquí. Así que tan sólo faltan las golondrinas y los abejarucos para estar todos juntos de nuevo. Para muchas culturas el nuevo año empieza en el solsticio de invierno. Pero las que de verdad observan la naturaleza que las rodea saben que la vida realmente renace después del equinoccio. Disfrutemos de ella.
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