Esta semana la primavera ha mostrado su cara más desapacible. Con un poco de frío, de lluvia, de viento... Y con los cielos en plan melodramático. Una de esas semanas en las que las nubes nos muestran su belleza.
Porque, para ser sinceros, los cielos totalmente despejados sólo son realmente bonitos de noche. Sobre todo porque entonces lo que admiramos no es el cielo, sino las estrellas.
Pero de día, lo mejor es tener cúmulos, nimbos o estratos rodando por encima de nuestras cabezas. Poniendo toques de color a la salida o puesta del sol. Y jugando con la luz y las sombras durante el resto del tiempo.
Así que disfrutemos del tiempo que hace y no nos quejemos. Que ya terminaremos cansados de tanto sol en los meses que están a la vuelta de la esquina.
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